domingo, 30 de octubre de 2011

Día 23: Turbo

Salimos Piña y yo por la mañana rumbo a Capurganá, pequeño rincón del Caribe justo pegadito a Panamá. Las calles del barrio están todas inundadas y hay que dar rodeos porque alguna parte que está impractible. Por suerte parece que las carreteras por las que tenemos que ir están disponibles y no hay peligro de derrumbes de tierra.

El viaje de hoy ha sido un poco culo. Al final se nos ha hecho interminable. El trayecto: una hora en bus desde Cartagena hasta la terminal de buses. Luego otro bus hasta Montería, unas seis horitas. Y, finalmente, hemos podido pillar una van (con más gente) hasta Turbo, otras tres o cuatro horas. Hemos llegado a Turbo como a las dos de la mañana, y salíamos de Cartagena como a las once. Las últimas horas en el monovolumen han sido para pegarse un tiro. De noche, con mucho sueño, y como a treinta por hora, debido a que íbamos por unas carreteras de polvo, agujeros, piedracas y baches, que parecía eso el viejo Oeste o algún camino medieval. Uno se acordaba de los romanos y de sus calzadas adoquinadas. Vaya viaje. Era imposible sobar porque el meneo era continuo y verdaderamente agitado. Era el típico camino de tierra chungo que en España dura como mucho dos minutos, pero aquí ha durado como tres horas. Increíble, ble.

Por fin llegamos a Turbo (imposible no acordarse del personaje de patillas de Al salir de clase... ¿Dónde estará ese hombrecillo ahora? ¿Cuántos años tendrá? ¿40? ¿50? ¿¿60??), población turbia donde las haya. Bastante sórdido el ambiente. Sólo queremos dormir unas horitas, porque nuestro barco para Capurganá sale mañana como a las 08.00. El hostal es bastante deplorable. Justo antes de apoyar mi cabeza en la almohada, hemos tenido que matar una peazo de cucaracha caribeña (son muy grandes... Mucho).

Cinco horitas por delante para pillar algo de sueño, coger fuerzas, y pillar ese barco que nos llevará a Capurganá. Tenemos grandes expectativas depositadas en este lugar. Esperemos que el esfuerzo en llegar hasta allí (no es que nos pille de camino precisamente) merezca la pena. Fijo que sí.


2 comentarios: