martes, 1 de noviembre de 2011

Día 28: Capurganá

Ayer fuimos a la bahía del Aguacate. Y esta vez no nos perdimos. ¡Bieeeen! ¡Qué mayores estos chicos! Va a ser que es porque no teníamos que pasar por la jungla, porque sino... Siguiendo la costa hacia el sur, hacia Colombia digamos, se encuentra esta diminuta bahía. El paseo no estuvo tampoco nada mal, y al llegar allí, lo de siempre: sol, arena, mar, alguna cervecita, fotos, lectura y relax. Es una pena, y es bastante extraño porque no pasa en ningún otro lugar de la zona, pero había una parte de la playa que estaba acumulada de mucha basura. Bastante mierda, sí. La excepción que confirma la regla.

¡Y hoy hemos llegado hasta Panamá! Oh yeah. Hemos estado sólo unas horitas, pero siempre hace ilusión poder decir que estuvimos en otro país más. Suma y sigue. Hay que cruzar la jungla otra vez hasta Sapzurro, y en lo alto de la montaña que está detrás de esta aldea, se encuentra la frontera con Panamá. Es una subida del horror, por unas escaleras que se caen a pedazos, y que después de llevar más de una hora de excursión, y con un calor que te torras, cuesta subir la rampa un potosí. Allí arriba están los puestos fronterizos de los militares. Mu tranquilotes. Te piden el pasaporte y nada más. En la mochila podríamos haber llevado tres kilogramos de cocaína y un par de semi-automáticas, pero no pasa nada. ¡El Caribe, mi hermano! La aduana "oficial" por llamarla de alguna manera, es puerto Obaldía, que es un poco más al norte. Allí imagino que los chequeos de equipaje serán más serios. Por mucha sangre caribeña que tenga toda esta peña...

En Panamá hemos estado en el pueblo llamado Miel, en la Playa Blanca. Una pasada. El agua es turquesa, súper clarita. Yo estaba flipando, porque te metes sólo dos metros en mar adentro, donde el agua no te llega ni a la cintura, y ves tus pies rodeados de pececitos de colores, de rayas amarillas y negras. ¡Los pescaditos intentaban comer de mis pies! Bestial.

Hemos comido, nos hemos bañado mucho rato, hemos hecho buenas sesiones de fotos (dentro y fuera del agua), trepamos por palmeras... Mucho disfrute. Y la playa casi, casi para nosotros también. Había sólo unos pocos lugareños trabajando en el muelle, o pescando algo. ¡Ah! Y me llevé el cachirulo. ¡Me acordé! Quiero que tengamos mañicas fotos en todos los países que pisemos, así que hoy era la única oportunidad para Panamá. Hay que decir que cuando ponemos el rollo turista en mode on, tampoco nos gana nadie.

Ha sido una gran idea el venir aquí, me ha hecho ilu. Hacemos deporte con las pateadas que nos metemos, y luego, cuando llegas a los sitios, da un gustazo muy rico. Además, este mar y esta playa eran top, como diría el señor Mourinho. Nos queda ya un único día en este paraíso, mañana. Va a ser duro volver a la vida normal. O la que nos han vendido que es normal. Como dice la canción de Everclear: "I don`t wanna be normal like you".

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